martes, 13 de junio de 2017

13/06 DÍA DEL ESCRITOR (Argentina)

ECOS


"Suena irónico pensarlo, lo sé, y aún más ahora al escribirlo, pero creo que uno comienza a escribir, porque necesita ponerle palabras a algo que no las tiene, a algo que no acierta a definir. De esto, que la literatura no sea sino, en su estado más esencial y puro, siempre una búsqueda y una expresión; o, para mejor decirlo, la expresión de una búsqueda personal.
Cuando comencé a escribir, cuando allá en mis 16 años me vi sorprendido por el efecto de enlazar palabras y de con ellas crear imágenes, o plasmar ideas, o inventar mundos, inicié sin saber una búsqueda. En ese entonces tuve una sensación que, solo muchos años después, vislumbré al toparme con unas líneas del antropólogo francés Lévi-Strauss quien decía que la invención de la música de las palabras (la Poesía) era algo sublime en el descubrimiento humano, porque se podían erigir mundos y armonías y musicalidades con el mismo material (es decir, las palabras) con las que podemos hacer una lista de supermercado, o indicar a un peatón la manera de llegar a una calle deseada.
En el año 2008 vi mi obra publicada, mi libro de relatos, al que titulé “Espirales”, y ahí se hizo muy presente aquella sensación y aquel razonamiento de Lévi-Strauss. En el acto de la escritura hay un hecho básico, que es el de la “expresión” que, nadie lo duda, sirve primero que a nadie, al escritor mismo, pero pasada esta etapa, viene aquella otra que nos conmueve: el ECO. Cuando la obra nos trasciende, y trascendemos a través de ella, cuando esas palabras con las que pedimos nos alcancen la sal, crean aquí el vestido de una idea, o son la expresión de una pasión, el manifestarse de un anhelo, y se produce entonces el ECO, la resonancia, de eso que nos conmovió a escribir, en otros ojos que las leen y al leerlas y sentirlas, las hacen de algún modo suyas también. Así, esos sueños, esas aspiraciones, esos impulsos, esas inspiraciones, esas multitudes que a veces nos habitan, y a las cuales damos voz en nuestras palabras,  embarcaron un día, y el Eco es eso, es ver que arriban a otras playas, como un mensaje en una botella, de un mundo interior al mundo interior de otras personas.
En 2009 fui convocado a integrar el Plan Provincial de Lectura, en el cual varios ejemplares de mi libro fueron entregados a escuelas como material de trabajo en clase. Esto sin dudas fue la experiencia más placentera y enriquecedora tras la edición del libro. Primero que todo, el orgullo de saber que sería leído y analizado por muchos jóvenes y docentes, de saber que eso tan personal, gestado en mi intimidad, llegaba hoy a otros; y por otro lado, la oportunidad del contacto entre Lector-Escritor, tener acceso a la mirada de quien lee, de ver cómo eso tan personal, se ramifica en el otro de diversas maneras, la posibilidad de asistir a cuando la palabra se convierte en semilla en el otro, y fructifica en sus particulares maneras. De las charlas con los alumnos siempre rescato estas cuestiones de suma importancia: que no sea una exposición sobre literatura, sino rescatar la historia personal, de generar, a través del relato de mi búsqueda, la búsqueda en el otro, que la realizará a través de los canales que encuentre a su alcance. Desde entonces (2009) y a la fecha, he vuelto a ser convocado para integrar el Plan de Lectura, y es noticia que espero siempre con enorme alegría, y una actividad que brinda el placer de llegar a otros, razón esencial de todo arte que se juzgue como tal.
En muchas de las visitas a escuelas me consultan los alumnos por el título de mi libro (“Espirales”) y yo les cuento que la espiral es un ciclo que vuelve, pero que no es vicioso, vuelve sobre sí pero desplazado, y en la espiral retoma fuerza para crear otras aperturas. Así, la voz de mi niñez volvió para traducirse en relatos, que son recuerdos con otra mirada; y así también hoy, a través de estas gratificantes experiencias, veo volver esas espirales en las lecturas de los alumnos, en ver esas semillas germinar en otras tierras. Porque acaso, para la voz que una vez tímida salió para expresarse, le conmueve siempre oír el eco de otras voces que le devuelven la flor de la palabra."
 Alberto Di Francisco

04-09-13